martes, 26 de febrero de 2013

Una mala costumbre del entrenador de fútbol base

La habilidad de un entrenador, y más en concreto de uno de fútbol base, se traduce en la capacidad de transmitir a sus jugadores sus conocimientos técnicos, tácticos, de preparación física y de comportamiento, con el fin de que los hagan suyos, convirtiéndose, si ello es posible, en mini-jugadores dotados de un sano espíritu competitivo. Es indudable que el grado de preparación varía de un entrenador a otro; sin embargo, lo que debe ser común entre todos, es el modo en el cual proponer las actividades a los niños para obtener resultados apreciables.
El entrenador debe corregir y sugerir, no reprochar. Esto al leerlo muchos pensaréis, es lo normal, pues el que ve los partidos semana tras semana estará conmigo en que son muchos los que en vez de corregir al niño se dedican a darle voces a reñirle y a exhibirse como "buen entrenador de primera". y no se dan cuenta que los niños con la presión que tienen lo que les provoca es ponerlos más nerviosos, no entender lo que quieres que haga, y al final puede incluso tener un problema futuro de presión añadida en los partidos posteriores. Mi opinión siempre es que hay que corregir al niño, si ves que no se entera lo sacas un par de minutos y se lo explica tranquilamente y si sigue sin enterarse pues para eso está los entrenamientos para formar y enseñar al niño a jugar al fútbol, no para mandarles ejercicios que has visto en otros entrenadores y que te gustan a ti, sin ningún significado para el equipo ni para la formación de los jugadores.

La relación que se debe instaurar con los niños no debe ser autoritaria; el entrenador puede ejercer el papel de jefe del grupo sin comportarse como un dictador; se pueden imponer reglas y hacerlas respetar sin la amenaza del castigo... todo está en saber crear una relación de confianza entre los jugadores y el entrenador y entre los mismos jugadores.
Así como no es eficaz la figura del entrenador déspota, tampoco la figura del entrenador “amigo” tiene gran futuro: tiene el peligro de ser avasallado por el grupo que no llega a distinguir entre los momentos de bromas y los momentos serios, la diversión del trabajo.
Los jugadores deben recibir de nosotros, los entrenadores, enseñanzas: no gritemos a un jugador por un error, guiémoslo hacia la solución del problema que no ha sabido resolver por sí mismo, démosle indicaciones útiles para el fin deseado; en relación a una situación del juego digámosle qué debería o qué no debería haber hecho... sin adentrarnos ahora en disquisiciones relativas a los métodos inductivos y deductivos...
Primera pregunta: ¿Es preferible un entrenador medianamente preparado, tal vez sin “carnet”, que se maneja bien con los niños y consigue transmitirles el 100 % de sus propios conocimientos o un entrenador que esté al día en todo cuyo primer objetivo es demostrar su propio valor, angustiado por el hecho de no ver traducidos en resultados apreciables sus esfuerzos semanales?. ¿Tiene sentido bombardear de informaciones biomecánicas a un “pequeñín” que no sabe golpear bien el balón?. ¿O es preferible no saber ni siquiera qué es la biomecánica del gesto pero si cómo intervenir de forma adecuada para alcanzar el fin?.
De lo dicho anteriormente se evidencia que casi es más importante el CÓMO que el QUÉ se enseña!
Segunda pregunta: ¿La palabra resultado se asocia al marcador final de un partido o a una valoración sobre la evolución técnico-comportamental de nuestros jugadores?
En el fútbol base, que se mueve obviamente de forma distinta al fútbol profesional, el error que un entrenador no debe cometer es el de perjudicar al niño como individuo en proceso de formación; paradójicamente, es aceptable un error técnico efectuado por el jugador: ¡hay que tener paciencia!, en todo caso, el proceso de desarrollo técnico deberá ser ralentizado y revisado; sin embargo, no es justificable de ningún modo un error, ya sea sustancial o de forma, en la manera de relacionarnos con los niños.
El entrenador no debe usar el equipo que entrena como medio para realizarse en primera persona; más bien debe ser la guía, siempre en un segundo plano, gracias a la cual los niños se desarrollan comparándose consigo mismo y con los demás.

jueves, 21 de febrero de 2013

La enseñanza en el fútbol

Deporte, iniciación deportiva
 
Los primero que hay que señalar es que el fútbol es un deporte. P. Parlebas define deporte como: “situación motriz de competición institucionalizada”. Y distingue dos acciones motrices:
  1. Situación psicomotriz: un solo individuo. Sin comunicación.
  2. Situación sociomotriz: interacción con otros. Si hay comunicación. Aquí se situaría el fútbol.
La primera toma de contacto con la enseñanza del fútbol se lleva a cabo mediante la Iniciación deportiva que se puede definir:
  • “Es el periodo en el que el niño empieza a aprender de una forma específica uno o varios deportes”.
  • “Es el proceso de enseñanza-aprendizaje seguido por un individuo para la adquisición, conocimiento y capacidad de ejecución práctica de un deporte. Esto abarca desde que toma contacto con el deporte hasta que es capaz de jugarlo con adecuación a su técnica, táctica y reglamento”.

Etapas en la iniciación deportiva

iniciacion-deportiva-delgado-noguera

Planteamiento didáctico

Antes de comenzar con la enseñanza del fútbol es necesario llevar a cabo un planteamiento didáctico que permita abordar la enseñanza del fútbol desde una concepción integral. Así pues hay que analizar tres cuestiones:
  • Análisis del tipo de movimientos, destrezas… que requiere el fútbol
  • Bases del desarrollo motor en la iniciación deportiva:
    • Aspectos internos y externos del individuo
    • Capacidades físicas básicas
    • Etapa de crecimiento y maduración
    • Personalidad
    • Motivación
    • Experiencia y capacidad de aprendizaje
    • Condiciones de salud
    • Condiciones socioeconómicas, culturales y familiares
    • Sexo
  • Principios básicos del aprendizaje motor:
    • Temporizar (Programación)
    • Individualización
    • Calidad de la enseñanza-aprendizaje
    • Perseverancia del alumno
    • Objetivos que se pretenden
    • Intervención pedagógica (estilos de enseñanza…)

lunes, 18 de febrero de 2013

Metodología del entrenamiento deportivo

Tipos de metodologías
 
La metódología del entrenamiento deportivo engloba y acoge todos los aspectos que configuran la organización del entrenamiento deportivo: selección y ordenación de métodos y contenidos. Se distinguen dos tipos de metodologías:
  1. Pluridisciplinar: se relaciona con la idea de que el máximo rendimiento deportivo se obtiene a través de la suma de los elementos que intervienen y determinan la mejora deportiva (técnica, táctica, física y psicológica y visual) pero con objetivos aislados y totalmente diferenciado.
  2. Integrada: se basa en que en la práctica deportiva, las habilidades técnicotácticas, físicas, psicológicas y visuales se expresan íntimamente unidas y diferenciadas. Esta metodología comporta una integración y combinación entre diferentes tipos de carga, pero el común denominador es siempre la técnica y la táctica.
 
Metodología integrada. Características
  • Su común denominador lo constituyen la técnica y la táctica. Estas se utilizan como medio para la mejora de las habilidades psicológicas, visuales y físicas. Estas se combinarán de distinta forma para diseñar microciclos y sesiones según el objetivo que se quiera conseguir.
  • El entrenamiento integrado en el fútbol comporta una gran especificidad. A través de la técnica y la táctica se puede trabajar con exactitud los músculos y capacidades que el deportista solicita en el transcurso de las competiciones, fenómeno que facilita la modelación del entrenamiento [4] .
  • Supone un tipo de estímulos más motivantes para el futbolista pues lo que realmente encuentra interesante es la práctica de su disciplina.
  • Aporta una concepción más global del deporte, haciendo que el deportista lo entienda como un todo. Establece una escala de importancia según el interés personal del deportista.
  • Requiere un modelo técnico estabilizado y automatizado por parte del futbolista . También es necesario que la dificultad de las habilidades técnico-tácticas vayan en consonancia de la mejora de las capacidades condicionales que se pretenden.
  • Se deben integrar habilidades que se complementen mutuamente, de forma que se facilite el desarrollo de la otra.
Metodología integrada. Tareas

Las situaciones que configuran la sesión de entrenamiento se organizan y estructuran a través de las tareas. La tarea es una situación simuladora del juego, modificada y/o aceptada para incidir sobre determinados aspectos de nuestros jugadores y equipo que deseamos mejorar.
La tarea está compuesta por un contenido (uno o más ejercicios) y por unas condiciones que acompañan su realización. Por ejemplo, el número de repeticiones, la intensidad, el descanso, las consignas a respetar en su ejecución, etc. La semejanza de todos estos componentes con el juego determinará el nivel de especificidad de la tarea.
En función del predominio del carácter de las situaciones de una tarea se diferencian:
  • Tareas de carácter genérico: la naturaleza y la organización de la carga es totalmente diferente a la manifestada en la competición. Por ejemplo, para un futbolista en el periodo transitorio, mejorar su resistencia realizando una excursión en mountain-bike.
  • Tareas de carácter general: la naturaleza y la organización de la carga es algo parecida a la observada en competición pero la toma de decisión es nula. Un ejemplo podría ser realizar un fartlek sin balón en el campo de fútbol.
  • Tareas de carácter dirigido: la naturaleza y la organización de la carga se asemeja a la observada en competición. Incluyen elementos coordinativos específicos y toma dedecisiones inespecíficas. Por ejemplo, un circuito técnico donde se incluya el balón con los elementos que conforman la fuerza; saltos, lucha, carreras y golpeo a portería.
  • Tareas de carácter especial: La naturaleza y organización de la carga es parecida a la de la competición. La toma de de decisión es específica. Por ejemplo, una conservación 4 x 4 con 3 comodines.
  • Tareas de carácter competitivo: aquellas que están compuestas por contenidos competitivos . Por ejemplo, un partido 8 x 8 con porteros con principios y subprincipios tácticos concretos (demarcaciones habituales de los jugadores).

jueves, 14 de febrero de 2013

El Portero

Reza un viejo dicho que “los errores del arquitecto se tapan con columnas; los del cocinero, con salsas; los del médico, con tierra, y los del arquero, con insultos”

En un equipo de fútbol es obvio destacar la importancia de la figura del portero. Éste es un elemento vital en el buen funcionamiento de un equipo durante un partido. Es el jugador más especializado y el más singular, se le permite coger la pelota con las manos, viste diferente, puede usar gorra, tradicionalmente usa el número uno, piensa distinto, puede prevenir goles y los festeja solo, además es el puesto más difícil para ser suplente ya que el jugador de campo de una forma u otra, si es bueno encuentra una ubicación aunque no sea la suya.
Una buena actuación del portero transmite seguridad y confianza al resto del equipo así como se produce el efecto contrario en el rival, cuya confianza en vencer disminuye al notar que el logro del gol es muy complicado.
En nuestros días el fútbol se ha hecho mucho más dinámico y agresivo en virtud de una preparación física más exhaustiva y de carácter científico. La tendencia a acortar más los equipos acercando a los jugadores, a la aplicación del fuera del juego relacionado con el “pressing” imponen al portero un comportamiento táctico más completo en el sentido de que se le exige más bien una cierta habilidad tras los palos que en las salidas fuera de los palos, además de una colaboración más intensa con los compañeros de equipo. (Bonizzoni y Leali, 1995).
 
De este modo “El entrenamiento del portero más acorde con su nueva función no será ya sólo un entrenamiento técnico y físico de forma individual, en el que su única relación con el equipo sea en los partidos de entrenamiento y en el oficial, sino un entrenamiento que tendrá que incorporar la táctica y deberá estar integrado con sus compañeros de equipo para conseguir un buen manejo del balón con el pie y una mejora de las percepciones espacio-temporales, determinantes para las salidas a balones a la espalda de la defensa, despeje de centros…” (Yagüe, 2001).
 

martes, 5 de febrero de 2013

Nuevos ejercicios variados 2

Fútbol individual          
  • Objetivo: Desarrollar de la conducción, regate y tiro
  • Edad: >5
 
Material: Balón de fútbol.
 
Descripción: Grupos de seis. Cada jugador marca su portería en un terreno delimitado. El balón en el centro del campo. A una señal, los jugadores intentan llegar al balón para hacerse con él. Tratan de meter gol en cualquier portería y evitar que metan gol en la suya.
 
Alternativa: Para evitar que los jugadores puedan ir con mucha intensidad y pueden golpearse en la disputa de balón, podrían partir desde un mismo lateral los dos equipos y que disputaran el balón de lado.
 
 
 
Ejercicio de Resistencia. Contraataque          
  • Objetivo: Mejorar la resistencia aeróbica
  • Edad: >12

Organización: en campo completo 3 equipos de 4 jugadores cada uno. Un portero en cada portería.

Desarrollo: acciones de contraataque de 4:4 en todo el campo. El inicio del contraataque corresponderá a las siguientes acciones:
  • Pérdida de balón
  • Consecución de tanto
  • Superación de un número de pases o tiempo
El equipo que finalice un contraataque pasa a posición de defensa en el campo que ha culminado la acción, mientras el equipo que defendía inicia un contraataque hacia el campo contrario, donde se sitúa el tercer equipo en actitud defensiva.

Variantes: Se puede añadir más jugadores, por ejemplo 5:5 o 6:6, aunque tampoco aumentar tanto porque ya no sería un contraataque real.